jueves, abril 19, 2007

he venido a verte


Tengo una colección de canciones perfectas para desenamorarte, para convertir el amor en odio, para cantarlas todos los días como un himno, una vez sí y otra también. Para que no se me olvide que hay cosas que nunca cambian y otras que deben cambiar, que lo que odio y lo que somos casi es igual, como dicen ellos.
Porque estos días de sol radiante, los planetas han sacado un disco que me viene como caído del cielo y no para de sonar, y me parece que es de lo mejor que han sacado en muchos años. Recurro a viejas canciones, el grupo perfecto para días como estos, para el laboratorio mágico del sábado pasado y para el que vendrá. Porque saldremos a bailar y quizás se vuelva a caer el vaso, pero no importa, me da igual, esa canción que suena es chulísima y el vaso sigue estando medio lleno, aunque se caiga.
Hace sol, pero eso ya lo he dicho, no??!

domingo, abril 08, 2007

como un aviador


No puedo explicarlo con palabras. Ayer por la mañana me apunté a última hora a tirarme en paracaídas en caída libre. Cada vez que pienso lo bien que te sientes ahí arriba, como suspendida en el aire, me da un subidón de energía inmenso. Qué pasada.
Dejo aquí el video y recomiendo la experiencia a todo el mundo.
Yo tuve un pequeño problema con las gafas, pues te dan otras de protección, pero se levantaron de una ventolada y parezco la mujer mosca aguantándolas para que no se fueran volando! Al final llegué con ellas!


Por cierto, que ya ha salido el sol! Ves qué bien?!


martes, abril 03, 2007

tendrá que haber un camino


Empiezo a tener que esforzarme para recordar su olor, se me va; cierro los ojos fuerte pero se me va. Es más fácil de olvidar en la distancia.

Me he separado tanto que pierdo la señal, dejo de sentirlo pegado aquí, a mí. Es necesario para no emitir interferencias, quedarse lejos; tan lejos como yo lo estoy ahora.

Tan lejos que a veces me da miedo, como ayer, cuando sonó el teléfono estando en mi mano y no fui capaz de cogerlo, para no escuchar su voz, para no tener que olvidarla después. Solo pude dejarlo sonar, quedándome fuera del juego, doliéndome las ganas, convenciéndome de que es mucho mejor así, como un sueño que ya pasó. Seguro que es mejor.