domingo, octubre 30, 2005

letras

miércoles, octubre 26, 2005

antony and the johnsons

La tarde de ayer empezó cuando aparcamos el coche y fuimos a recoger las entradas. Salía gente de una puerta lateral, entre ellos Antony, con un look como ramone. Nos sorprendió que fuese tan alto, pero no nos fijamos si llevaba tacones. En su cabeza lucía una gorra que no se quitó para el concierto. No me atreví a decirle nada, solo lo miré y seguí caminando.
Salían de probar sonido. Yo pensaba que sonaría peor ya que el concierto tenía lugar en el Barcelona Teatre Musical, el antiguo Palau d'Esports que han reconvertido en teatro. El recinto ha ganado bastante, sobretodo en acústica. Hace años lo peor que podía pasar es que hicieran un concierto en el Palau d'Esports porque se escapaba el sonido por todos los lados. Así que mejor esto que han hecho ahora. Son curiosas las gradas super empinadas que delatan lo que era aquello antes.
Y respecto a Antony, pues el hombre es muy gracioso y ayer demostró su calidad de showman, inventando historias y haciéndonos reir con Shania Twain y Withney Houston para disfrute del personal. Hasta tarareó "I wanna dance with somebody". Nos hizo hacer el pajarito, cantar con él y gritar a todos nuestros nombres. Sobre este hecho, decir que el público de Barcelona, que tiene fama de ser frío y distante, al principio se mantenía callado y dentro de estos esquemas. Pero se acabó rompiendo el hielo. Incluso hubo quien gritó demasiado.
En sus dos discos tiene canciones propias que ya tienen una fuerza increíble, pero en el directo se escudó de canciones ajenas que versionó con exquisita belleza. Se marcó "Candy Says", una versión de "The guest" de Leonard Cohen y una de Nico. Ah sí, y también la de "All this loneliness is here for me", de Moondog, fue un gran tema.
No estuvo nada mal. Tampoco se le podía pedir mucho más al hombre. Me quedo con su peculiar manera de andar y su vestuario desgarbado, colgado al hombro su bolso, repleto de cosas que nunca utiliza para nada. Ni lo olvidó cuando volvió a salir para los bises.
Y no llevaba tacones, es que ya es alto sin.

martes, octubre 25, 2005

yo también estuve allí

Estoy pensando en lo poco que me apetece taparme el vendaje del tobillo con bolsas de plástico para poder darme una ducha. Seguro que se acaba mojando otra vez, como ayer.
Después voy a un concierto. Será la segunda vez que Antony venga a Barcelona este año. Allí estaremos yo y toda la modernez de la ciudad. Flequillos, gafas de pasta oscuras y de colores varios, chapas, zapatillas all stars también de todos los colores (preferiblemente negras), miradas perdidas, miradas vacías. Todos querrán llegar los primeros, aunque sus asientos estén numerados.
Aunque hoy hiciesen el peor concierto del mundo, toda la crítica musical va a destacar este evento como uno de los conciertos del año. Y todos los modernos van a decir que ellos estuvieron allí, que incluso lloraron y que es lo mejor que han visto en su vida, que para eso se han gastado 40 euros. Bueno, seguro que Isabel Coixet no pagó y también lo dijo. Ella es una chica lista y consiguió que apareciera "Hope there's someone" en la banda sonora de su última película.

lunes, octubre 24, 2005

la vida secreta de las palabras

Ayer llevaba todo el día sin salir de casa. Cuando ya era de noche, me dispuse a ir a ver "La vida secreta de las palabras". Lo primero que pasó al salir de casa es que se me quedó el pie izquierdo enganchado con la puerta metálica del parquing, que se ha estropeado y ahora cierra manualmente. Me fui al cine con el pie como un globo.
No sé si este hecho fue un agravante, pero la película no me gustó. Quizás eso es decir demasiado. Se deja ver. Pero digamos que después de "A los que aman", esta es la peor película de Isabel Coixet. Además de complicarse para buscar el drama, le falta credibilidad a los personajes y los escenarios quedan, en ocasiones, demasiado fuera de lugar. Hay detalles que alegran la retina, como el chico que trabaja contando las olas y el pato que siempre se pasea al lado de la canasta de baloncesto de la petrolífera.
Al salir del cine me acercaron en coche a urgencias, el tobillo me dolía horrores. No había casi gente y me atendieron rápido. Diagnóstico: esguince en el pie izquierdo. Plan: 10 días de baja.

domingo, octubre 16, 2005

parker & lily

Me enteré del concierto de casualidad. En el trabajo, leyendo la agenda de El País, comprobé para mi sorpresa que no habían tocado ya hacía dos días, como yo pensaba. Así que, aunque me dolía la cabeza horrores, al salir de trabajar fui hacia el Paralelo. En la puerta no había nadie, ningún cartel anunciaba nada. Empecé a pensar que era una errata del periódico, volví a leerlo por si me había equivocado de lugar. Entonces se asomó un chico por la puerta y me preguntó si iba al concierto. Le expliqué mis dudas y me dijo que iban a abrir con retraso, que los músicos acababan de llegar del aeropuerto. Como no tenía nada mejor que hacer durante esa hora, llamé a una amiga que vive en la misma calle. Ya iba hacia su casa cuando alguien me tocó por la espalda. Era el mismo chico de la puerta. Me invitó a entrar, a ver las pruebas de sonido, a estar por allí ya que había venido sola. Mientras hablábamos lo acompañé a comprarse algo para comer. Entramos los últimos en un badulake que acababa de clausurar la policía y eligió una pantera rosa. Se dio cuenta de que no llevaba dinero y le invité yo. Llamé a mi amiga, no nos veríamos hoy finalmente. Entré con él, me llevó hasta una mesa, me trajo algo de beber y me dijo que después volvería; mientras los músicos probaban para mí sola. Al terminar la prueba de sonido se acercó por detrás, me abrazó y me besó en la mejilla. Una vez abierto el local al público, elegí un lugar privilegiado para la actuación. Él me dijo que me buscaría al terminarse el concierto. Vino durante alguna canción y nos cogimos de la mano. Todo con una banda sonora perfecta para la ocasión.
Nos encontramos cuando acabó. Fuera llovía a mares. Estuvimos en una especie de oficina esperando a que dejase de llover un poco, pero la cosa fue in crescendo. Al final salimos cubiertos con bolsas industriales de basura como chubasqueros. Una amiga suya se vino con nosotros a cenar, fuimos a un lugar muy freak donde cantaban personajes de revista. Caímos en que no sabíamos ni como nos llamábamos cada uno. Siguió lloviendo mucho. Nos refugiamos bajo una cornisa. Robaron a una chica en el cajero de al lado sin enterarnos. Decliné una invitación perfecta y volví a casa viendo caer la lluvia a través de los cristales del taxi. A él lo dejamos en la puerta del cajero y salimos corriendo por el taxi libre casi sin despedirnos. Primero bajó su amiga. Le pedí el número de teléfono del chico. Diluviaba. Al día siguiente se había inundado media Barcelona.

sábado, octubre 08, 2005

desde el tejado

Después de llevar dos semanas durmiendo mal y poco, hoy he dormido diez horas. Ya ni me acordaba de lo que era eso. Este fin de semana, que no trabajo, no pienso hacer nada. Nada de nada. Si puedo esta noche me iré a la montaña, a la casa donde me siento en el tejado. No se oye allí ruido de ciudad, solo pajaritos y grillos en verano. Hoy veré el otoño desde la ventana. Me estiraré en el sofá tapada con una manta de rayas de colores y más tarde, cuando casi esté dormida, subiré por las escaleras de madera y me tumbaré en el lado izquierdo de una cama enorme. Dormiré sola pero seguiré acostándome en el mismo lado porque una vez lo elegí y me quedé con él para siempre. A veces me despierto ocupando el otro lado, abrazando su almohada.